Nos dedicamos a esto desde hace 14 años.

Veníamos del mundo universitario. Lo que nos llevó a tomar la decisión por esta actividad fueron razones de carácter existencial. En nosotras prima más la intuición que la razón. Queríamos hacer algo bueno para nosotras y a la vez para las personas que consumieran nuestro pan. Simplemente seguimos un camino que sentíamos que era el nuestro.

Es un proyecto de dos personas.

Nos dedicamos únicamente a ello, pero no podríamos vivir solo de esto si no tuviéramos el apoyo económico de nuestras parejas.

Nuestros productos los repartimos en diferentes tiendas y localidades nosotras mismas.

Nuestra producción  ha sido exclusivamente ecológica desde siempre; no hubiéramos podido producir nunca algo que no fuera ecológico. Para nosotras era muy importante producir un pan en el que no se utilizara ninguna máquina y que estuviera cocido en horno de leña. Aparte de tener en cuenta la calidad de las materias primas utilizadas, para nosotras es muy importante la cualidad del pan, y toda la producción es manual. Por otro lado, la levadura que utilizamos la renovamos todos los años en un momento cósmico determinado del año.

La mayor parte del pan se hace por encargo. No obstante, hay algunas tiendas en las que nosotras decidimos la cantidad a llevar, pero siempre recogemos lo que no ha sido vendido. De todas formas, no nos resulta fácil encontrar nuevos puntos de venta.

Aparentemente parece que se reciben ayudas por ser mujeres, por pertenecer al primer sector… Pero no es cierto. Más aún, las exigencias son mucho mayores que las que les solicitan al pan industrial ecológico o al pan convencional.

Desde que se creó somos socias consumidoras. Cuando empezamos con la actividad, nos pusimos en contacto con Natalia y empezamos a traer pan a BioAlai.

Realmente estamos muy a gusto con la relación de proximidad que mantenemos con BioAlai.

Nuestro objetivo ha sido mantener la calidad del pan. No aspiramos a hacer grandes cantidades; nos interesa más seguir haciendo un producto con cualidades que difícilmente pueden encontrarse a la venta. Lo más complicado son las oscilaciones del mercado, que no están en nuestras manos. No somos dadas ni a publicitarnos, ni a utilizar redes sociales para promocionarnos. Nuestra publicidad la hacen el vendedor y el consumidor. En cuanto a oportunidades, creemos que los seres humanos vamos a necesitar cada vez más alimentos que sean alimentos verdaderos.